miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿CRISIS REAL o PROVOCADA?

    En este foro de nuestra web tenemos por costumbre hacer comentarios sobre la marcha del sistema económico español. Hoy no sabemos si tan siquiera existe el “sistema económico español”, pero lo que SI sabemos es que existen una serie de entidades financieras que tratan de meter el diente al dinero de los contribuyentes que tan escaso anda ultimamente.

    En una tertulia del PLJ, nuestro partido, se planteaba la siguiente pregunta:

¿CRISIS REAL o PROVOCADA?


    Nos haciamos esta pregunta NO a nivel NACIONAL, que somos un grano de arena, sino a nivel GLOBAL. ¿Por qué? Por la simple razón de que los movimientos de capitales y las inversiones no son hechos instantáneos y puntuales, sino que tienen un tiempo de desarrollo que culmina con unos resultados al cabo de varios años. Los mercados emergentes no surgen de la noche a la mañana, ya que su aparición es consecuencia de acciones previas de modificaciones legislativas, inversiones de capital e implantación de tecnologías en países con una situación política y social que ha de modificarse para que permita su inclusión en la dinámica de los mercados internacionales, ya que su mercado interior ha de acomodarse a las “reglas del consumo”.

    De forma “muy alegre” las grandes compañías tecnológicas y de productos de consumo han traspasado sus procesos de fabricación a los paises más productivos del mundo (China e India principalmente) con una relación de eficiciencia productiva inimaginable en los paises desarrollados o “del primer mundo”. El motivo más evidente de este proceso fué la gran rentabilidad de la inversión en estos paises emergentes, pero la consecuencia es que les ha dado a éstos un enorme potencial financiero debido al superavit de su mercado hacia el exterior que no ha producido el traspaso esperado hacia los poseedores de la tecnología cedida. Si a esta situación de desequilibrio a favor de estos mercados emergentes, fundamentalmente hacia China, le añadimos el poder financiero de los paises productores de petróleo que son sociedades pseudo-desarrolladas y que la fuerte demanda de crudo ha incrementado sus ingresos y, por lo tanto, su poder financiero en las entidades occidentales; parece lógico deducir que los paises del “primer mundo” se han visto atenazados por el potencial riesgo de ver sus economías supeditadas a los planes de China y los paises productores de petróleo (principalmente los paises árabes).

    Comentabamos en la tertulia el debate entre Obama y McCain, cuando el senador demócrata le “espetaba” al republicano que USA no podía consentir tomar un préstamo de 250 mil millones de dólares del banco de China y entregárselos directamente a los paises árabes para pagar el 75% del consumo de petroleo americano que viene del exterior. Es decir que los paises del “primer mundo” hacemos de portadores de dinero entre los paises emergentes y los paises productores de crudo y en este transporte nuestra comisión es práctimante cero. Mientras la deduda de los paises desarrollados aumenta, los paises emergentes y productores de petroleo están adquiriendo o invirtiendo en las empresas e instituciones financieras occidentales. Es evidente que esta situación no puede sostenerse por mucho tiempo y, sobre todo, teniendo en cuenta que hay un país muy perjudicado por esta situación como es Israel. No se le oculta a nadie que las decisiones politico-económicas están fuertemente influenciadas por los “lobbies” semitas. Decia nuestro contertulio que la “tenaza económica” chino-árabe con ramificaciones en el hemisferio sur no es admisible para el equilibrio económico global.

    ¿Puede ser esta hipótesis un punto de partida para el análisis de la crisis actual?

    Pensemos que la “maniobra financiera” del “primer mundo” trata de nacionalizar los grandes agentes financieros (bancos de inversión, compañías de seguros), es decir, trata de proteger los intereses nacionales de occidente neutralizando la posibilidad de que los recursos extranjeros lleguen a dictar las políticas económicas del mercado global. Se preguntarán: ¿No hay otra solución menos traumática? Probablemente sí, pero los políticos no son precisamente los más capaces para la gestión y, en muchas ocasiones, rechazan las ideas de sus mejores asesores porque no son “políticamente correctas”, o por inconfesables intereses tampoco pueden seguirlas.